Hoy se conmemora el Día Internacional del Flamenco, coincidiendo con el X aniversario de su nombramiento por parte de la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento se obtuvo el 16 de Noviembre de 2010 en la ciudad de Nairobi (Kenia), competimos, ni mas ni menos que, frente a 47 candidaturas de 31 países.
Allí, las Naciones Unidas declararon el Flamenco como manifestación cultural de carácter universal aunque con raíces andaluzas y se destacó el gran valor que supone para Andalucía contar con una música propia que atraviesa fronteras.
Córdoba comparte este gran título con todas las demás provincias de Andalucía; lo mismo ocurre con el reconocimiento de la dieta mediterránea como Patrimonio Mundial.
En esta candidatura, que la Junta de Andalucía presentó el año anterior, contamos con el apoyo de nuestro vecinos Murcia y Extremadura además del Gobierno central español.
Origen del flamenco
Para profundizar en el flamenco habría que definirlo, conocer su origen y cómo se ha desarrollado a lo largo de la historia.
El flamenco es una disciplina artística que reúne el cante, toque y baile de las diferentes culturas que convivieron en Andalucía en el siglo XV. Desde entonces su estilo auténtico se ha transferido de generación en generación.
Andalucía desde tiempo atrás había sufrido numerosas invasiones; por tanto se había convertido en un crisol de culturas (árabe, judía, gitana…) que se mezclaron a su vez con el folklore andaluz, creando una importante simbiosis. Está claro que no se pueden negar los parecidos y semejanzas con los cantes de las sinagogas, oraciones cantadas por los sefarditas, danzas sagradas hindúes e incluso, los cantes árabes y el punteado de la guitarra morisca.
No se habla de flamenco hasta que no llegan los gitanos a Andalucía, pero no se le puede atribuir solo a ellos, ya que los gitanos de cualquier otro lugar del mundo no hacen flamenco.
En definitiva, es la mescolanza de todas las expresiones artísticas provenientes de los pueblos que impregnaron la geografía andaluza.
Por otro lado, se sabe que el flamenco evoluciona y se transforma pero nunca olvida sus raíces.
Los palos del flamenco
Existen varios tipos de flamenco que se traducen en palos. Mencionamos algunos como los tangos, bulerías, alegrías, fandangos, sevillanas, soleares, seguiriyas y un largo etcétera. Muchos de ellos conjugan varios personajes como bailaor o bailaora, cantante e instrumentista con guitarra o cajón. Todos componen los instrumentos más comunes, aunque con el desarrollo del flamenco moderno o de fusión se han unido otros muchos.
Cada uno de los palos nombrados anteriormente son los diferentes tipos de movimientos, tonos, ritmos e interpretaciones de los personajes y afectan tanto al baile, al toque o al cante.
Cordobeses y el flamenco
En Córdoba podemos hablar de muchos artistas flamencos reconocidos históricamente y en la actualidad, pero sólo mencionaremos a algunos:
- Fosforito: cante flamenco de Puente Genil y leyenda viva de este bello arte. La antigua Posada del Potro recoge desde 2013, el Centro de Flamenco que lleva su nombre.
- Vicente Amigo: guitarrista flamenco considerado un fuera de serie; es uno de los más reconocidos “tocaores” de nuestros días.
- Concha Calero: nacida en el barrio de Santa Marina. Es una bailaora y profesora de flamenco de conocido referente internacional. Creó en Córdoba una escuela de Baile Flamenco.
- Isabel María Durán: cantaora flamenca con casi dos décadas de carrera musical. Ha actuado junto a reconocidas figuras en diferentes escenarios de ámbito nacional.
Y así, un largo sinfín de personajes flamencos cordobeses que han ayudado a trasmitir este maravilloso arte.
También debemos señalar que la Universidad de Córdoba fue la primera en incluir una Cátedra de Flamencología apostando de forma rigurosa y en profundidad por el conocimiento y estudio de este arte andaluz.
Tradicionalmente se celebra este día asistiendo a algún tablao flamenco o cualquier otra actuación de esta índole, pero desafortunadamente con las restricciones que estamos padeciendo, no nos queda otra que disfrutarlo viendo un documental, película o escuchando música flamenca, auténtico placer para nuestros oídos.